Fragmento N°110

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El bote avanzaba calmo y pausado, rompiendo con su quilla la superficie oscura del agua poco profunda que rodeaba el margen norte de Tortuga.

El pequeño navío había sido modificado para la operación. Recordando el asalto que su padre había dirigido a una fortaleza portuguesa cuando este era joven, Gregor había ordenado que pintasen con alquitrán y betún cada palmo de la pequeña embarcación, para evitar que la luz de la luna se refractase sobre la silueta de la pequeña barcaza.

Lo misma orden había sido impartida para los que iban embarcados, aunque por obvias razones no fue necesario que Mnyma debiese pintar su cuerpo para camuflar su piel.

La operación era algo rebuscada y en su planificación se habían topado con miles de inconvenientes de los cuales aún no estaban seguros cómo iban a sortear.

Embarcados se encontraban Smith, Favre, Greg y Mnyma, los cuatro se dirigían al mismo punto donde hacia algunas horas habían apostado a Umbukeli y Hicks. Una parte esencial del plan era relevar a ambos antes de comenzar la incursión.

Tanto Arthur como Elizabeth habían tomado el mando de El Retiro.

Mientras avanzaban Gregor giró su cuello para observar hacia atrás, y vio como las velas de su nave se izaban y esta comenzaba a enfilar mar adentro, alejándose rápidamente.

Volvió a observar al frente cuando percibió que se estaban acercando a la costa. Bajo los toscos tablones del bote, sintió como la corriente que los que atravesaba comenzaba a agitarse hasta que súbitamente el roce de la arena hizo que se detuviesen.

Al saltar hacia el exterior y caer con sus botas en el bajío, Greg hizo una mueca y dijo:—La marea está baja, demasiada para mi gusto.—

Favre respondió: —Hay al menos unos cincuenta pies adicionales de terreno de aquí a la línea costera.—

En silencio sin decir una sola palabra, tomaron el bote por sus amarras y comenzaron a arrearlo hacia la línea de árboles más cercana.

Cuando restaban unos pocos pasos oyeron algunos movimientos. Antes de que Greg pudiese desenvainar, la figura de Umbukeli emergió de entre a espesura acompañada de Hicks. Greg notó en sus miradas que algo no estaba bien.

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