Fragmento N°152

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A la distancia podía oírse el resonar de los cañones, luego de algunos segundos Mnyma comenzó a percibir otro ruido, similar pero no exactamente igual a las culebrinas de El Retiro. Otros cañones estaban respondiendo al fuego de la nave.

Una curiosidad incontenible brotó en su interior, deseaba estar allí, o al menos lo suficientemente cerca para ver una batalla. Su mente imaginaba caballeros enarbolando estandartes e insignias en el fragor de la lucha, moviéndose entre los disparos, las estocadas y las explosiones, sin ser alcanzados.

El sonido que había alarmado a Hicks también lo cautivó, era un sonido más cercano, pero intermitente, no tan continuo como el de los cañones. Tal vez fue por la cercanía, o tal vez por haber visto a Hicks descender por el túnel en dirección a ese sonido, pero Mnyma comenzó a debatirse por dentro si debía ir o no en ayuda de Greg y los suyos.

Por dentro recitaba: “Soy uno más dentro de la tripulación, el capitán Gregor me ha convertido en un marinero al entregarme esta arma…”. Dubitativo, recorría la culata y y el cañón con sus dedos, frotándola como si fuese una lampara, a la espera de que eso pudiese ayudarlo a tomar una decisión. Pensó en Greg, en la Srta Hein, y sus pensamientos lo interpelaron:”¿Qué dirán si supieran que me quedé aquí sentado aguardando?”. Negó suavemente con su cabeza para responderse a sí mismo: “Dirán que soy un cobarde, y no puedo permitir eso, debo ganarme un lugar en la tripulación.” Mientras su mente se debatía aún, recordó su encuentro con el guardia en el establo, y por una fracción de segundo sintió las manos del sujeto ahorcándolo nuevamente. Quiso llorar, pero ahogó su dolor en el interior, y lo contuvo en su garganta antes de que saliese expulsado.

Sin que nadie pudiese escucharlo, habló al vacío para convencerse:—¡No seré un cobarde!.— El único sonido que respondió, fue otro disparo en la lejanía.

Tomó un pedernal de uno de los sacos, encendió la mecha de su pistola, y saltó del bote, descendiendo por el túnel, en dirección a los disparos que seguían escuchándose, pero esta vez ya no tan lejos.

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