Fragmento N°169

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Rápidamente aceleró en dirección a Smith, antes de llegar pudo observar por entre una de las troneras destrozadas que estaban entrando en el punto ciego de sus enemigos.

Smith cubría el rol de cabo en su cuadrilla, se encontraba de cuclillas sobre la culata del cañón, listo para apuntar y encender el oído de la culebrina. Al ver al galeón holandés en su mira, tomó el punzón por el extremo y se dispuso para dejar caer la mecha. Se detuvo, sosteniendo el punzón con la mecha en el extremo, al ver incrédulo como Elizabeth tomaba lugar a su lado.

Con voz respetuosa y serena, ella dijo:—Creo que deberíamos aguardar un instante.— mientras posaba una mano sobre su hombro, y con la otra tomaba el punzón. Smith, sin oponerse, entregó el instrumento y se hizo algunos pasos al costado.

Elizabeth quedó de pie con el punzón encendido en su mano, se percató que cada marino estaba en ese momento observándola. Al enfocar su vista en el exterior constató que habían entrado en el punto ciego, y solo recibían disparos de bajo calibre provenientes de un mosquete o cañón menor. Un instante de relativa calma los rodeaba.

Se dirigió a toda la cubierta, gritando por sobre el ajetreo de los que aún se encontraban alistándose para el próximo disparo:—¡Jamás hubiese pensado que un montón de ingleses necesitaran que un holandés les diga como dar en el blanco!— Pudo oír algunas risas nerviosas entre el ruido de las poleas.

Volvió a elevar su voz:—¡Conozco ese galeón presumido, su casco es débil bajo el mascarón de proa, pero solo tenemos una oportunidad!— Un murmullo en señal de afirmación recorrió la galería.

Elizabeth gritó:—¡No los oigo, ¿Están conmigo?!—

—¡Sí, Srta Hein!— respondieron a su alrededor.

Una vez más Elizabeth elevó su voz al máximo:—¡No los oigo maldita sea, ¿Están conmigo?!— —¡Sí, Srta Hein!— Se escuchó a lo largo de toda la galería.

Elizabeth respondió:—¡Pues que esos malditos escuchen una vez más con quien están!.— Toda la cubierta al unísono bramó:—¡Con Elizabeth Hein!— La galería retumbó, pero esta vez no era producto de ningún disparo, oyéndose incluso desde la nave holandesa.

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