Fragmento N°179

Lee la historia completa desde el Fragmento N°1

Aturdido por el golpe, Greg cayó hacia atrás arrastrando al gigante Roger consigo. La espalda de Gregor impactó contra la grava y el cuerpo de Roger se desplomó sobre el suyo, en la caída las armas de ambos se desprendieron de sus manos, quedando a algunos pocos pasos de distancia.

Roger intentó alcanzar su espada, pero Greg le lanzó un nuevo golpe de puño, esta vez dirigido a la sien, el gigante lanzó un gruñido al recibir el puñetazo y vociferó:— Al demonio, te mataré con mis propias manos.—

Roger, sobre el cuerpo de Gregor, intentó tomar el cuello de este pero El Celta trató de girar para desestabilizar al holandés y lograr colocarse por encima. El movimiento evitó que Roger lo tomara por la garganta, pero no consiguió moverlo de su posición.

La fatiga hacía estragos en el cuerpo de Gregor, era imposible mover una mole como su rival, debía encontrar otra solución rápido o el gigante lo acabaría, pero le resultaba imposible lograr girar o quitarse su cuerpo de encima suyo.

Intentó utilizar sus piernas para impulsarse y lograr elevarlo, generando la pausa para poder destrabar la toma en la cual se encontraba, pero al hacerlo fue casi imperceptible el movimiento que generó.

Roger intentó nuevamente tomarlo con el cuello, Greg trató de rechazar nuevamente el agarre utilizando sus manos, pero esta vez no lo consiguió. Ambas manos del holandés se estrecharon sobre su garganta, y pudo sentir las yemas de sus dedos estrujándole la tráquea. La presión fue tal que percibió cada pliegue de piel de su mano, cada cayo en sus palmas, asfixiándolo precipitadamente.

Buscó golpearlo en su rostro para lograr que su ataque se interrumpiese, dándole un instante para capturar una bocanada de aire y seguir, pero su golpe apenas logro que el holandés lanzara un leve gruñido al recibirlo.

Su mente se nubló, comenzó a retorcerse producto de la falta de oxígeno. Una oscuridad cubrió todo su interior y la imagen de Elizabeth llegó a él como un adiós de este mundo.

Finalmente, cerró sus ojos y entregó su cuerpo a lo inevitable, pero un disparo tronó extremadamente cerca de él y revivió su atención.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: