Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
—¿Entonces?, ¿Qué tiene en mente capitán?— dijo Favre.
Greg miró a Arthur y ordenó:—Rumbo nornoreste.—
Arthur sin dudar giró y repitió la orden al timonel.
Greg se agachó y comenzó a escudriñar las gavetas debajo de la mesa. En silencio Favre aguardaba indicaciones mientras el mismo limpiaba sus heridas, se había quitado su camisa, destrozada por múltiples laceraciones, y ahora su torso estaba descubierto. Tenía cortes a lo largo de su espalda, brazos y en los costados, su camisa destrozada era ahora un trapo que utilizaba para limpiar las heridas.
Gregor extrajo un rollo de pergamino amarillento y lo desplegó sobre la mesada. Comenzó a trazar líneas con su dedo indice y luego dijo:—Hay una cadena de islas al norte de aquí, justo antes de entrar a mar abierto.—
Mientras ejercía presión sobre una de sus heridas, Favre se puso de pie y se acercó para observar. Umbukeli también se inclinó sutilmente para ver el punto que Greg señalaba.
Gregor prosiguió:—La más cercana de estas islas está a unas setenta millas.—
Los tres hicieron una pausa coordinada para mirar el cielo y ver la posición del sol. Era media mañana.
Favre acotó:—Nueve horas, diez tal vez.—
Arthur dijo:—Eso si la mesana resiste.—
Gregor asintió:—Debemos mantener la distancia hasta llegar a esos islotes. Al caer la noche podremos prescindir de la mesana, no necesitaremos la velocidad para perderlos entre los arrecifes y archipiélagos.—
Favre hizo una mueca pensativa, luego dijo:—Nuestro calado y manga es menor, tal vez tengamos alguna chance. Eso si logramos sostener la distancia entre ambas naves hasta el anochecer.
—Así es.— Respondió Greg.
Favre culminó:—Pues bien, iré a alistarme, si esos malditos nos alcanzan, prefiero presentar batalla con una camisa limpia al menos.—
Gregor rio y lanzó un suspiro. Vio como sus hombres descendían la escalinata del alcázar y giró para observar nuevamente el horizonte con su catalejo.
A lo lejos, casi imperceptible, yacía El Mercurio. Una sensación fría en su espalda le indicaba que estaba un poco más cerca que la última vez que lo había visto.