Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Al abrirse la puerta, la voz de Elizabeth surgió: —¿Acaso quieres despertar al niño?— dijo ella en un tono suave, asomando su cabeza.⠀
Gregor quedó inmóvil un instante, incapaz de responder. Luego ella volvió a interrogarlo:—¿Piensas quedarte allí?—⠀
Greg esbozó una sonrisa, e ingresó al pequeño camarote, al dar dos pasos en su interior pudo escuchar como Elizabeth cerraba la puerta detrás de él.⠀
Una vez dentro del cuarto, Elizabeth pasó a su lado y fue a sentarse junto a Mnyma, apoyándose en el borde de la litera. El pequeño se encontraba recostado en el lecho, si bien estaba cubierto con una sabana, Greg pudo percatarse por la silueta, que se encontraba en posición fetal, dormido, abrazando sus propias piernas. Solo su cabeza asomaba.⠀
Greg consultó:—¿Cómo se encuentra?—⠀
Elizabeth giró su rostro para observar a Mnyma. La respiración del joven era lenta y profunda, durante la pausa de silencio que se generó, el océano y su respiración era lo único que podía oírse en el pequeño habitáculo. ⠀
Ella retomó:—Se repondrá… pero ha sufrido demasiado. Hasta no dormirse parecía estar en shock, su cuerpo tenso y su vista perdida. Murmurando en voz baja cosas inentendibles.—⠀
Señalando el plato de comida sobre la pequeña mesa de madera que se encontraba junto a la cama, Elizabeth dijo:—Apenas ha probado bocado.—⠀
Gregor respondió:—Ese niño me ha salvado la vida al menos dos veces en las ultimas horas. Lamentablemente para lograrlo, se ha expuesto a cosas que nadie en la vida merece sufrir, o incluso hacer.—⠀
Una pausa se produjo, y Elizabeth se puso de pie para observarlo.⠀
Greg prosiguió:—¿Tú cómo te encuentras?… debe ser difícil luchar contra los hombres de tu padre, incluso, o sentir que lo que haces…⠀
Antes de que Gregor pudiese terminar, ella se arrojó sobre su pecho y hundió su cabeza entre su pectorales. Con sus manos tomó su camisa con fuerza, sosteniéndola mientras rompía en llanto.⠀
Greg tardó un instante en reaccionar, luego la cubrió con sus brazos y quedaron allí, en silencio acompañados por el sonido del océano infinito.