Fragmento N°212

Lee la historia completa desde el Fragmento N°1

Gregor hizo una pausa y observó a su amigo. La mirada de Edahi se encontraba perdida, si bien su rostro estaba orientado como si estuviese mirándolo a él, sus ojos no se encontraban enfocados. Durante ese instante de silencio, pudo percibir la respiración forzada de su pecho, y sentir el calor febril que emanaba su piel.

Greg, tomandolo del brazo , dijo:—Ahora estás nuevamente con nosotros. Todo estará bien.—

Sin decir una palabra, Edahi cerró sus ojos y recostó nuevamente su cabeza sobre el almohadón que se encontraba detrás de él. Al recostarse, su cuerpo quedó tendido y laxo, como una marioneta sobre un estante, completamente relajado. Fausto se acercó a Gregor diciendo:—Es un simple milagro que haya sobrevivido, y como si eso fuese poco, ha tenido la suficiente entereza como para estar consciente por algunos segundos.—

Gregor dijo en voz baja pero audible:—¿Será eso suficiente?—

Fausto, comprendiendo su dolor, replicó:—Tal vez no sea suficiente, pero por ahora es lo único que tenemos capitán. Debemos aguardar, no podemos hacer nada, se encuentra en sus propias manos.—

Una pausa se generó, y luego de algunos segundos en silencio, Favre volvió a intervenir:—Hay otro asunto capitán.—

Gregor, algo fatigado, consultó:—Dime, ¿Qué ocurre?—

Favre detalló:—En su ausencia, la grieta sobre el palo de mesana se ha extendido, debimos recoger el velamen aún más para evitar el riesgo de que todo el aparejo se venga abajo.—

—¿La aproximación de los holandeses?— Arrojó Greg.

Favre respondió:—No nos alcanzarán hasta después del anochecer, pero preferiría que usted mismo revisara este punto.—

Greg dijo:—Comprendo, acompáñame al alcázar y veamos que tan rápido navegan esos malditos.—

Greg se dirigió hacia la salida de su camarote mientras indicaba a Fausto:—Mantenme al tanto de la evolución de Edahi.—

—Así será capitán.— Respondió este.

Gregor comenzó a avanzar por el pasillo, seguido de cerca por Favre.

Al pasar frente a la puerta del habitáculo de Elizabeth, no pudo evitar pensar en ella y en todo lo que aún no comprendía.

Deja un comentario

%d