Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Desenvainó el sable y lo sostuvo en el aire, suavemente lo blandió para validar su movilidad. Al realizar cada movimiento, Greg podía percibir la comodidad de su empuñadura, sintiéndose a gusto con su agarre. Satisfecho con su peso y versatilidad, posó su atención en los detalles de la hoja y comenzó a recorrer con su vista cada pulgada del filo. No había rastros de una sola marca o raspón en toda la hoja, a pesar que Greg había visto a Nock batirse en combate numerosas veces con ese sable.
Al llegar a la base, Greg prestó atención a los detalles de la empuñadura. La guarda poseía algunos diseños, pequeñas lineas que simulaban ser olas. A su vez dichas líneas se extendían a lo largo del grip hasta llegar al pomo. En la base, los trazos se reunían y arremolinaban, generando una figura confusa, similar a un torbellino. Al verlo con más detenimiento, Gregor distinguió que el patrón conformaba una serie de círculos superpuestos, divididos por una linea vertical que cruzaba la base de la empuñadura a lo largo.
Mientras observaba ese detalle, no pudo evitar sentir que había observado ese patrón en otro lado, le resultaba extrañamente conocido.
Luego de observar la empuñadura algunos segundos, desistió de recordar aquello que le era familiar y volvió a enfundarla. Luego, la colocó sobre su cintura, justo en el mismo lugar donde antes había estado su chafarote. Tomó su anterior arma, y la guardó en el baúl desde donde había retirado el sable de Nock.
Al ponerse de pie nuevamente, observó a Edahi, el nativo continuaba dormido, respirando suavemente de manera casi imperceptible.
Al verlo, sintió algo en su interior que lo alcanzó en lo profundo. Giró levemente y fue hacia a la puerta. Se dirigió velozmente al camarote de Elizabeth, se sentía confiado portando el arma que antes había sido de Nock y de su padre. Un poco de ambos habitaba en ese pedazo de metal.
Abrió la puerta sin golpear.
Si iba a luchar por los suyos necesitaba saber los riesgos que corrían, pero por sobre todas las cosas, necesitaba saber qué era lo que el viejo Hein perseguía y qué valor tenía para él.