Fragmento N°220

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Greg demoró un instante en reaccionar a lo que ella había dicho, durante ese lapso de tiempo, quedó inmóvil procesando la información. Finalmente la tomó por los hombros y la alejó levemente de su cuerpo para poder observarla a los ojos. Con un tono directo y frontal preguntó:—¿A qué te refieres?—⠀

Elizabeth sostuvo su mirada, al responder su voz emanó de manera intermitente y nerviosa, pero lo suficientemente clara para que Gregor la escuchara:—Mi padre…el Vice Almirante Hein no ha sido un padre ejemplar para mí. Jamás conocí a mi madre, mi infancia fue marcada por sus exigencias y mandatos, pero por algún motivo siempre estuve cerca de él.—⠀

Hizo una pausa para observar fijamente los ojos de Gregor, necesitaba confiar en él. Elizabeth continuó:—Siempre me mantuvo cerca suyo, por algún motivo, a tal punto que llegué a embarcarme con él cuando fue destacado en estas aguas. Siempre supuse que era por una cuestión de protección, para mantenerme cerca suyo al ser su hija menor, o al menos eso pensé hasta la noche anterior a embarcarme con su secretario, el Sr Du Toit.—⠀

Gregor no resistió su ansiedad y arrojó:—¿Qué ocurrió esa noche?—⠀

Elizabeth volvió a suspirar y dijo:—No tengo claro qué devela esta llave, ni dónde se encuentra lo que sea que abra, solo se que esa noche logré escabullirme hasta su habitáculo y oír parte de la conversación que mi padre sostenía con el Sr Du Toit mientras le daba las indicaciones finales antes de partir. Él dijo “…debes entregar este objeto a Cees junto con esta carta, no importa qué ocurra, jamás confíes estas pertenencias en nadie, ni siquiera en Elizabeth”. Pero lo que llamó mi atención no fueron esas palabras, sino lo que dijo justo antes de que el Sr Du Toit se retirara. Él volvió a hablar diciendo: “Si caes prisionero por algún motivo, debes quemar esa carta, y estás autorizado a negociar un rescate a la compañía exigible a mi persona. Pero si llego a pagar ese rescate, y este objeto no está contigo, desearás jamás haber sido liberado”.—⠀

Greg la interrumpió:—No comprendo, ¿Por qué esto indicaría que no es tu padre?—⠀

Ella comenzó a sollozar, y entre lágrimas dijo: —Cuando navegábamos rumbo a Róterdam, la noche antes de que tu nos capturaras, mientras el Sr Du Toit se embriagaba con los oficiales, logré ingresar a su camarote y leer la carta. En su contenido enumeraba una serie de órdenes para Cees, entre dichas ordenes una indicaba…—⠀

Hizo una pausa, elevó sus manos para contener su llanto y limpiar sus ojos antes de seguir.⠀

—Una de las líneas indicaba: “…una vez que tengas la llave en tu poder, mata a la niña, acaba con la maldita bastarda, antes de que sepa la verdad de la llave y de su madre…”. Su intención nunca fue protegerme, solo me mantuvo cerca suyo hasta que llegara el momento.—⠀

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