Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Elizabeth asintió y giró para seguir a Mnyma. Greg pudo observarla mientras ella se alejaba por el corredor en dirección a su propio camarote, prestó atención en su silueta y quedó cautivado por sus movimientos. Mientras la observaba, se sintió aliviado por tenerla cerca y poder protegerla, pero un frío trepó por su espalda al elevar su vista y llegar a su cabello. Entre su pelo arremolinado, pudo entrever el destello del prendedor, y la imagen del perro Hein llegó a su mente para atormentarlo.⠀
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Cuando ella arribó a la puerta de su camarote, dio un paso en su interior para girar y cerrar la puerta. Al hacerlo, quedó observándolo, y Gregor se percató que estaba allí inmóvil en medio del corredor. Elizabeth tomó el picaporte y cerró lentamente la puerta. Antes de que esta se cerrara por completo, alzó su vista y lo observó directamente a los ojos. Gregor sostuvo su mirada hasta que finalmente la puerta se cerró con un suave golpe.⠀
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Si bien el corredor era extremadamente angosto, Gregor se sintió desolado, perdido en medio de la inmensidad. Ahora tenía dimensión real del peligro que corrían, pero percibía que le faltaba información, algo en su mente no cuadraba.⠀
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Giró y se encaminó hacia la escalinata para subir a la cubierta. Al comenzar a subir los escalones pudo notar rápidamente que la posición del sol había cambiado sustancialmente desde la ultima vez que había estado en el exterior. Este comenzaba su lento descenso hasta el horizonte, pero aún restaban algunas horas de luz clara y nítida. En cuanto estuvo sobre la cubierta, Gregor se sintió indeciso sobre qué hacer primero, si observar la mesana o dirigirse al alcázar y revisar la distancia que mantenían con El Mercurio.⠀
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La voz de Favre lo liberó de su indecisión:—Tomé la decisión de plegar la sobremesana capitán!—⠀
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Greg alzó su vista para observar el velamen, pudo ver que el cordaje se encontraba recogido en lo alto. Con tono de duda consultó:—¿Eso cómo nos deja en relación a nuestros perseguidores?—⠀
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Favre suspiró:—Mis estimaciones indican que llegaremos al cayo al menos dos horas antes que ellos. La buena noticia es que los primeros islotes ya se encuentran a la vista.—⠀
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—¿Y la mala noticia?— arrojó Gregor.⠀
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El galo se cruzó de brazos en tono pensativo diciendo:—Los primeros islotes no nos darán mucha protección. Deberemos adentrarnos más entre los recodos para encontrar la protección del cayo y los bancos de arena durante la noche.—⠀
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Gregor afirmo suavemente con su cabeza y respondió:—Roguemos que ese holandés salvaje no conozca estas aguas tanto como nosotros.—