Fragmento N°236

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El recorrido entre el archipiélago era tan enmarañado que Greg no estaba seguro en qué posición se encontraban. Tenía una vaga aproximación de su ubicación, pero el número y cantidad de estrechos e islas generaba que fuese una proeza orientarse. Hubiese sido más simple utilizar el firmamento de guía, pero las nubes dificultaban dicha tarea.⠀

Luego de algunas horas de navegación atravesando el cayo, decidieron finalmente salir a mar abierto nuevamente. Gregor comprendía que podrían ocultarse entre las islas, pero la navegación entre los estrechos era lenta, su curso era cauteloso a causa de la poca profundidad. Habiendo perdido de vista al navío de Hein, podrían correr el riesgo de salir a mar abierto y aprovechar la noche para izar las velas a pleno, y alejarse lo suficiente antes de que amaneciera. Era un momento tenso, al salir de la formación de islas, quedarían expuestos durante algunos minutos hasta que pudieran alejarse lo suficiente como para estar seguros que no eran perseguidos.⠀

Si la suerte los acompañaba, el viejo Hein continuaría buscándolos durante el anochecer, y para cuando el sol saliese, ellos estarían a varias millas de distancia.⠀

A medida que El Retiro se aproximaba al final del brazo sobre el cual navegaban, Gregor pudo notar como la corriente comenzaba a tirar de ellos, expulsándolos del cayo. A su lado se encontraba Arthur, el joven cabo sostenía su sable con su mano herida, sometiendo a prueba las articulaciones aún resentidas. Greg hubiese deseado no verlo haciendo esa pequeña práctica de combate, era un mal presagio, pero valoraba la disposición del joven a estar predispuesto para la batalla.⠀

Bajo la cubierta, Umbukeli y Favre se encontraban en la galería de tiro junto a las cuadrillas de tiradores, listos para alimentar los cañones de la nave.⠀

Estaban a punto de entrar a mar abierto, cuando una suave brisa golpeó el rostro de Gregor, y un olor familiar invadió sus sentidos. Un sutil aroma a chamuscado llegó hasta él, similar al de la pólvora recién quemada.⠀

Greg demoró unos segundos en reaccionar, su primer pensamiento fue suponer que se trataría de alguna vela o mecha encendida de los cañones bajo la cubierta, pero su olfato le permitió percatarse que el olor era distante, no provenía de una fuente de ignición cercana. Pensó en preguntarle a Arthur, pero cuando estaba por hablar, un sonido lo intrrumpió.⠀

Un silbido resonó a estribor y Gregor giró estremecido para ver su origen. Al voltear, Greg pudo percatarse que una luz incandescente trepaba en el cielo aproximándose hacia ellos. La bengala avanzó, escalando en el cielo nocturno hasta que finalmente su empuje se agotó y comenzó a descender lentamente iluminando El Retiro. Greg buscó el origen del proyectil, y pudo ver la silueta de una nave, bordeando la costa a unos ochocientos pies de distancia.⠀

Su garganta se tensionó para dar el grito de alerta, pero no pudo alzar su voz, el primer cañoneo de los holandeses hizo que nadie pudiese oírlo.⠀

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