Fragmento N°241

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En el instante en el cual el disparo holandés penetró el casco, una explosión de fragmentos de madera cubrió a los marineros que se encontraban más cerca. El proyectil había ingresado justo entre la batería comandada por Favre, y la dirigida por Smith. En su camino destrozó la tronera de la cual emergía el cañón que el galo manipulaba, haciendo estallar el marco de esta en una nube de astillas. La mano que Favre mantenía sobre la estructura del cañón fue alcanzada por numerosas esquirlas, incrustándose varias en su antebrazo.⠀

El galo contuvo su dolor, y lanzó un grito que cubrió todos los rincones de la galería de tiro:—¡Fuego!—⠀

Al unísono, todas las culebrinas recularon cuando cada cuadrilla disparó. La estructura entera de la nave rechinó al sentir la tensión de los palanquines tirando de sus anclajes, y una humareda general cubrió a todos los marineros de la cubierta inferior. En cuanto la primera descarga se sucedió, instintivamente todos los marineros comenzaron el proceso de recarga, alimentando nuevamente sus cañones, preparándolos para el próximo disparo.⠀

Al ver que su cuadrilla se encontraba enfocada en la tarea de alistar el cañón, Favre trató de ver el daño de su brazo. Su mente se encontraba algo nublada, producto del shock y la la nube de pólvora circundante. Enfocó su vista, y pudo apreciar que el daño no era significativo, pero numerosos trozos de madera yacían sobre su antebrazo y mano. —Maldita sea.— dijo en voz baja casi inaudible al ver sus heridas.⠀

Smith se encontraba asistiendo la recarga de su culebrina junto con su equipo, y pudo notar al galo observando su brazo. —¿Se encuentra bien señor?—⠀

Favre respondió:—Un rasguño, no te detengas, continúa.—⠀

Smith, asintió y volvió a concentrarse en sus tareas. Poco a poco todas las cuadrillas comenzaron a completar el proceso de recarga, y volvieron a colocar los cañones en posición tirando de los palanquines para poder volver a realizar una nueva descarga.⠀

Mientras Favre asistía a su equipo para que completaran la tarea de recargar el cañón, la nave de Hein logró descargar otra andanada sobre ellos. Hubo un estallido de trozos y fragmentos que se desprendieron de la estructura producto del impacto, pero ninguno de los proyectiles logró adentrase en el interior de la nave.⠀

Smith alzó la voz para dirigirse a Favre mientras tironeaba de los palanquines de su cañón:—Que Dios nos ayude cuando estén paralelos.—⠀

Antoine comprendía que por ahora El Mercurio se encontraba en trayectoria perpendicular hacia ellos, y solo los tenía a tiro con sus cañones frontales. Pero en cuanto estuviesen paralelos y pudiese tenerlos en rango de sus baterías laterales, la historia cambiaría considerablemente.⠀

Favre volvió a arengar a los hombres de la cubierta:—¿Qué esperan señores? ¿tenerlos tan cerca como para oler su apestoso aliento? ¡fuego!—⠀

Una vez más una humareda generalizada cubrió toda la galería de tiro cuando los cañones trinaron al disparar. ⠀

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