Fragmento N°256

El Llamado del Ocaso

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El Retiro se sacudía, sus mamparos crujían, estremeciéndose a causa del curso errático que llevaban. No era necesario que nadie se lo confirmara, Gregor comprendía por qué la nave había virado repentinamente, sometiéndose al golpe de las olas y quedando a merced de las corrientes. Las sucesivas descargas recibidas en la popa habían dañado el timón, probablemente en la parte superior de la aleta. El curso impreciso permitía a Greg comprender que tal vez no estaría completamente destrozado, pero el daño impedía al timonel tener el control del rumbo.⠀

Pero eso no ocupaba un lugar en la mente de Greg en ese momento. Sus manos firmes sobre la barandilla le permitían percibir todas las vibraciones de su nave, mientras continuaba observando la figura de El Mercurio. La primea plataforma había estallado un poco por detrás de la nave holandesa, elevando una columna de agua colosal que llegó a alcanzar la nave de Hein. La confusión era tal, que los cañones de proa habían dejado de disparar por algún motivo que Greg desconocía.⠀

Desesperadamente Gregor buscó con su vista las otras plataformas. Para sus adentros supuso que la primera en estallar habría sido tal vez la primera en ser liberada. Dos de los barriles estaban por delante de la nave holandesa, el más lejano a unos trescientos pies de la proa de El Mercurio, y el segundo barril a poco más de ciento cincuenta pies de los holandeses. La figura de las plataformas era relativamente fácil de distinguir entre los demás escombros y fragmentos desperdigados sobre la estela de El Retiro. ⠀

Pero aún así restaba divisar una plataforma adicional.⠀

Repentinamente los cañones de proa de Hein volvieron a tronar. Greg se puso a cubierto tras la barandilla pero esta vez no logro sentir ningún impacto sobre la estructura de la nave.⠀

—¿Han errado?— consultó Arthur a su lado.⠀

Greg se irguió nuevamente y observó lo que estaba ocurriendo.⠀

En voz baja dijo para si mismo:—Maldito viejo astuto.—⠀

Los holandeses ahora no intentaban atinarle a ellos. En cambio, los cañones de proa de El Mercurio ahora buscaban alcanzar los escombros de mayor tamaño que yacían dispersos por delante, tratando de alcanzar las plataformas. Aún restaban algunos minutos de oscuridad antes que amaneciera, y ello impedía que pudiesen localizar los barriles entre los trozos desprendidos por El Retiro.⠀

En voz algo más elevada dijo:—Ese viejo maldito se ha percatado de nuestro plan.—⠀

En silencio Arthur observaba como las dos plataformas se acercaban inofensivamente a la proa de sus enemigos mientras ellos avanzaban.⠀

Favre emergió abruptamente de las cubiertas inferiores por la escalinata y dijo:—Dime que ha funcionado.—⠀

—No aún, pero no nos des por muertos todavía Antoine.— dijo Gregor.⠀

En un intento desesperado por impactar las plataformas, los holandeses le habían disparado a un trozo de madera de gran volumen que se había desprendido de la popa de El Retiro. Los barriles continuaban en curso de colisión, pero mientras más se acercaran más chances tendría Hein de avistarlos.⠀

Favre estaban por indicarle algo a Gregor, pero una nueva explosión descomunal los obligó a arrojarse sobre la cubierta para cubrirse.⠀

Procesando…
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