Lee El Llamado del Ocaso desde el Fragmento N°1
Hein trató de destrabar su sable del de Gregor. La cara del holandés dejaba ver la furia interminable que fluía por como un torrente dentro de él. Sus ojos estaba fuera de sí, y una mueca de odio permitía entrever su dentadura.⠀
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Con un movimiento brusco, Hein forzó a Greg a dar un paso hacia atrás y destrabar sus armas, luego el viejo Hein observó a Gregor y dijo:— Esta vez no escaparás, colgaré tu cadáver y el de todos tus hombres sobre el palo mayor hasta que las gaviotas se lo acaben.— ⠀
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Greg observando el cuerpo de su rival, buscó signos de heridas o debilidad mientras pronunciaba:— Para eso, primero debe matarme almirante, a mí y a todos mis hombres.— ⠀
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Alzando su sable, Piet Hein dio una estocada que Gregor pudo desviar fácilmente. Estaba testeando su cuerpo, era un lujo que podía permitirse al tener la superioridad numérica de hombres nuevamente de su lado. Por el contrario, Greg necesitaba dar un golpe decisivo rápidamente, cada segundo que pasaba alguno de los suyos caía, y no podía darse el lujo de alargar la batalla. Si acababa con Hein, era probable que sus hombres se rindiesen.⠀
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Buscando provocar a su rival Greg dijo:— Algo me indica almirante, que lo que usted busca no es acabar con mi vida, ni siquiera recuperar a su hija, algo más pequeño es lo que le preocupa perder.— ⠀
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El rostro de Hein cambió de expresión y por un instante pareció estar sorprendido. Alzando la punta de su sable dijo:— No sabes de que hablas maldita rata escocesa.—⠀
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Greg percibía a su alrededor que estaban al borde del colapso, pocos pasos por detrás de él se encontraba luchando Arthur, Favre, Umbukeli, junto a los tripulantes restantes, conteniendo el embate enemigo.⠀
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Greg insistió con su juego:—Debe ser algo muy valioso lo que abre esa llave como para entregar su preciado galeón a cambio.— manifestó Gregor mientras señalaba los restos humeantes de El Mercurio.⠀
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Esta vez Hein mordió el anzuelo, y furioso se abalanzó sobre él. ⠀
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El movimiento del holandés fue más rápido de lo que Gregor esperaba y lo obligó a este a retroceder algunos pasos más. Pudo contener el ataque y antes de volver a tomar distancia separó una de sus manos de la empuñadura de su sable para liberarla y arrojo su puño con toda su fuerza contra el rostro de Hein. Con una mueca de dolor, Piet Hein tocó su cara y pudo comprobar que su tabique se encontraba destrozado y emanaba sangre copiosamente.⠀
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La herida enfureció aún más al holandés y se lanzó sobre Greg de nuevo, esta vez su figura parecía endemoniada, con su rostro cubierto de su propia sangre, manchando incluso el pecho de su camisa. Greg volvió a colocarse a la defensiva, en cualquier momento encontraría la brecha que necesitaba para dar el golpe final, aunque sostener su defensa estaba exigiéndolo al máximo de su capacidad. ⠀
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A su lado, Arthur mantenía su propia lucha contra un marinero armado con un alfanje. Greg pudo observar por el rabillo del ojo como el sujeto lanzaba un ataque elevado a Arthur, obligando a este a alzar su espada para contener la embestida. Al colocarse en esa posición, Arthur expuso su brazo débil, el cual había sido castigado durante la tormenta antes de llegar a Tortuga. Rápidamente su fuerza cedió y la espada de su contrincante lo alcanzó en el hombro, dejándolo a merced de su rival.⠀
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Alarmado, Greg lanzó una finta abrupta a Hein, obligándolo a este a retroceder un paso y luego giró rápidamente para atacar al rival de Arthur que se encontraba a un brazo de distancia de él. El marinero holandés concentró su vista en Arthur y jamás vio venir el golpe, con un solo ataque que penetró entre sus costillas, quedó fuera de combate y se derrumbó en el suelo.⠀
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Luego Greg intentó girar para volver a enfrentar a Hein, peor algo lo retuvo y le impidió moverse.