Lee El Llamado del Ocaso desde el Fragmento N°1⠀
Con voz lenta y pausada, Edahi se dirigió a ella sin mirarla: —La esperaba Srta Hein.—⠀
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Elizabeth se acercó algunos pasos y se colocó a su lado frente a la lápida de Gregor, antes de que pudiera reaccionar, el nativo continuó:—Arthur me ha ayudado a trasladarme hasta aquí, aún no puedo movilizarme por mis propios medios.—⠀
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Hubo una pequeña pausa, ella no comprendía qué era lo correcto para decir o cuáles deberían ser sus próximas palabras, tenía el presentimiento que algo no estaba bien.⠀
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—Es latín, son palabras que Gregor recitaba ocasionalmente.— sentenció Edahi.⠀
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Alzando la vista, ella pudo leer toscas líneas grabadas sobre la piedra: “Solum sumus quid est generate in alii, quid est aliorum nobis in generate, solum cinere et pulvus“. Al pie de la roca, solo se aclaraba “Gregor Aidan”, sin ningún rango o fecha.
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Mientras leía, Elizabeth movía sutilmente los labios, intentando pronunciar esas palabras para encontrar un sentido en ellas. Como si lo hubiese percibido, Edahi aclaró:—No estoy seguro de su traducción exacta, pero quiere decir algo similar a “Solo somos lo que generamos en los demás, solo lo que tenemos para generar en otros, solo cenizas y polvo”.—⠀
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Por algún motivo esas palabras resultaron familiares para ella. Se esforzó por recordar cuándo o dónde las había oído o leído. Enfoco su vista y recorrió nuevamente esas palabras mientras su mente se esforzaba en comprender a qué se debía esa familiaridad. Repentinamente se percató que sobre la piedra había otro detalle grabado, con mucho menos ímpetu, apenas visible a unos pasos de distancia. Era un grabado, raspado sobre la roca, compuesto por varias líneas onduladas que se cruzaban a lo largo y una sola línea horizontal que atravesaba la mitad de la lápida. Había algunos dibujos rudimentarios que conformaban diversos elementos alrededor de la inscripción principal.⠀
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“Tal vez olas, o quizás nubes.” pensó Elizabeth mientras observaba el grabado.⠀
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—Debó admitir que también deseaba despedirme, pero ese no es el único motivo de que me encuentre aquí.— esta vez Edahi giró levemente su cabeza para observarla mientras hablaba.⠀
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Prosiguió:—Es curioso, cuando me encontraba cautivo, llegué a convencerme de que era el final, a pesar de que no era la primera vez que fui torturado.—⠀
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—Lamento mucho lo que te han hecho, no quisiera imaginar lo que has atravesado.— dijo ella.⠀
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Edahi negó levemente con la cabeza:—Me repondré, tal vez no por completo, pero con el tiempo me recuperaré.—⠀
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Durante varios segundos ambos estuvieron en silencio, ella no se sentía a gusto, deseaba retirarse para estar sola pero era como si una fuerza la mantuviese atada al nativo.⠀
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—Me has dicho que te encuentras aquí por otro motivo.— comentó Elizabeth, buscando romper el silencio.⠀
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Aún de rodillas en el suelo, el nativo dijo—Cuando uno es llevado a ciertos límites del dolor, el dolor mismo desaparece, hay un punto donde caminamos entre ambos mundos, sin comprender qué pertenece a uno u otro.—⠀
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—¿A qué te refieres?—⠀
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Pensativo, Edahi prosiguió:—Cuando tu última gota de vida pende de un hilo, uno puede sentir, ver o escuchar cosas que muchas veces son tretas de la propia mente. Algunos lo llaman delirio, pero en ese estado es difícil saber qué es real y qué no.—⠀
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Elizabeth comenzaba a impacientarse, no comprendía el destino de las palabras de Edahi, pero algo le indicaba que se trataba de algo importante.⠀
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Finalmente él dijo:—Cuando me encontraba recostado en el camarote de nuestro capitán, usted mantuvo una conversación con Gregor de la cual mi mente inconsciente recogió algunos fragmentos inconclusos. Creí que tal vez era un sentido ilógico, que mi imaginación le había otorgado a algunas palabras sueltas que oí. —⠀
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Ella se estremeció por dentro, ahora creía entender a dónde iba el punto de Edahi. Temiendo el desenlace de la conversación, consultó:—¿Qué oíste en esa conversación?—⠀
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Edahi respondió:—Lo que me llevó a percatarme que no fue un juego de mi imaginación, es que en cuanto usted me visitó hace algunas horas, pude ver el objeto en cuestión.—⠀
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A pesar de que intentó, Elizabeth no pudo esbozar ningún comentario, comprendía a que se estaba refiriendo Edahi.⠀
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Él la observo fijamente mientras concluía:—Veo que en este momento lo lleva puesto en su cabello Srta Hein. Creo que debería informarle a Favre sobre el prendedor en cuestión inmediatamente, eso le dará mucho sentido a todo lo que hemos padecido, y a todo lo que hemos perdido.—⠀
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Al concluir sus palabras, Edahi volvió a observar la inscripción en la roca, y leyó para sus adentros: “…solo cenizas y polvo…” ⠀