Fragmento N°290

El Llamado del Ocaso

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Solo pudo volver a conciliar el sueño al percibir la tenue luz del alba, filtrándose por debajo de la entrada. Junto con el amanecer, también despertó la vida en el bosque cercano tras la tienda, por lo que numerosos sonidos de diversos animales emergieron con la primera luz de la mañana. A pesar de que se sentía perturbada y agotada, fue como si la claridad del día pudiese alejar sus fantasmas, y lentamente cayó en un sueño profundo.⠀

Cuando despertó, su mente aún se encontraba turbia y confusa, y pudo deducir que apenas había dormido algunos pocos minutos, tal vez una hora. Con esfuerzo, se incorporó y quedó sentada sobre un extremo de la litera. Con dificultad se puso de pie lentamente para no despertar a Mnyma, y se encaminó hacia la entrada de la carpa. Mientras avanzaba, se sintió aturdida, pero con cada paso su cuerpo se reanimaba aún más.⠀

Al llegar al umbral de la tienda, la figura de Arthur ingresó abruptamente, casi chocando contra su cuerpo.⠀

—Perdón Srta Hein, pensé que aún se encontraba dormida.— dijo el joven.⠀

—No hay problema, estaba por ir en busca de Antoine, entiendo que debemos retomar la conversación sobre cuáles serán nuestros próximos pasos.— respondió ella con su voz aún tosca por el sueño.⠀

Arthur asintió:—Efectivamente, Favre me ha indicado que venga por usted para continuar la charla al respecto.— haciéndose a un lado, Arthur sostuvo la lona de la entrada para que ella pudiese salir al exterior.⠀

Elizabeth avanzó y el sol la encegueció por completó al quedar fuera de la protección de la tienda. Demoró algunos segundos en adaptar su vista, pero pudo comprender por la posición del sol, que hacía al menos dos horas que había amanecido. ⠀

Junto a Arthur comenzó a caminar hacia la tienda contigua donde se encontraba Edahi, seguramente por la poca movilidad del nativo, continuarían la discusión allí. Mientras recorría el corto trayecto, pudo observar las diferentes actividades que se realizaban sobre la playa.⠀

Los prisioneros holandeses ahora contribuían en los preparativos para reparar la nave. Si bien contaban con mayor libertad, Elizabeth logró percatarse que estaban divididos en pequeños grupos, mezclados con los marineros de El Retiro. A su vez, todos se encontraban distribuidos en pequeñas cuadrillas para realizar diversas tareas. Un grupo se encontraba limpiando el casco para liberarlo de percebes y teredos, otro grupo había recogido algunas velas y las habían desplegado para remendar las secciones dañadas por el impacto de proyectiles. Antes de ingresar a la tienda de Edahi, divisó un tercer grupo realizando trabajos de carpintería, dándole forma a largas vigas de madera para remplazar las secciones dañadas durante la batalla.⠀

Al ingresar en la tienda, lo primero que llamó la atención de Elizabeth fue la gran mesa que habían instalado en el centro del lugar. En un extremo se encontraba Edahi sentado, mientras Favre a su lado señalaba un punto en uno de los mapas desplegados. Al dar un paso en el interior, la figura de Umbukeli se hizo visible para ella. El somalí se encontraba junto a la puerta, observando la conversación que mantenía Edahi con el galo.⠀

Al toparse de manera repentina con la figura del somalí, Elizabeth se limitó a asentir y sonreír tímidamente. Umbukeli también inclinó levemente su cabeza en señal de saludo y sonrió ampliamente, mostrando sus dientes blancos que contrastaron notoriamente contra su piel oscura.⠀

—Adelante Srta Hein, póngase cómoda.— dijo Antoine casi sin verla.⠀

Mientras ella se colocaba junto a la mesa, Arthur se acomodó a su lado.⠀

Favre prosiguió:—He repasado la información que tenemos a nuestra disposición junto con el estatus actual de provisiones, hombres y otros recursos. No tenemos muchas opciones a nuestro alcance, pero los aquí presentes debemos tomar una decisión.—⠀

Antes de proseguir, Favre alzó su vista para mirarla a los ojos diciendo:—Y a pesar de que la situación ha cambiado, juré a Greg que la protegería y confiaría en usted Srta Hein, y es una promesa que pretendo cumplir.— ⠀

Procesando…
¡Lo lograste! Ya estás en la lista.

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