Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Al no encontrar respuesta de Greg, Nock inclinó levemente la cabeza pensativo, y aguardó a que su capitán tuviese el valor para decirle la verdad.
Greg estaba devastado, observó a su amigo, su estado se había deteriorado drásticamente desde la playa. Con su rostro inclinado levemente observando sus propias manos, parecía estar invadido por la tristeza, su brazo vendado y su respirar tortuoso, completaban una imagen lúgubre. Gregor recordó fugazmente las mañanas en las que Nock salía en primer lugar a cubierta para desplegar la orden del día, mientras dirigía a sus hombres con júbilo y rectitud. Siempre pensó que para su edad era un sujeto rebosante de vida, temible contrincante en un duelo a espadas, y más aún temible adversario en una partida de naipes. Pero lejos estaba ya ese hombre.
Si bien su cuerpo no estaba recuperado, Greg juntó fuerzas y abandonó su litera, solo un paso los separaba, pero su cuerpo se exigió notoriamente para cubrir esa distancia.
Colocó una mano sobre el hombro de Nock, y con la otra tomó la palma del brazo sano de su oficial. Al sentir el contacto, Nock levantó la mirada y observó a Greg a los ojos.
Gregor habló, su voz emergió temblorosa:—Edahi cree que la ….—
Greg hizo una pausa al notar que una pequeña lágrima emergía de su ojo, y se abría paso lentamente por las imperfecciones de su mejilla, continuó:
—Edahi cree que la flecha que te alcanzó, fue embebida con Dardo Dorado, o alguna rana arbórea.—
Nock inhaló aire profundamente, y asintió con su cabeza, como si estuviese asimilando las palabras de Greg.
—La adrenalina de la batalla, y el tiempo transcurrido, sumado tu actual estado, me lleva a pensar que el veneno se ha esparcido por todo el cuerpo. – Continuó Greg.
Nock, asintió nuevamente.
Gregor percibió como otra lagrima se escabullía por su rostro, y notó como un nudo en su garganta obstruía sus palabras: —Nock, por más que quisiera, no hay nada que podamos hacer. No tenemos medicina en la nave, y el puerto más cercano está a días de navegación. –
Nock asintió una vez más, con su mano sana tomó la palma de Greg, lo miró a los ojos nuevamente, y sonrió.