Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
El camino al calabozo era algo sombrío, estaba precedido por un pasillo angosto de techos bajos en el cual apenas cabían dos personas a lo ancho. Para llegar a el se debían atravesar dos cubiertas, y una serie de pasillos y puertas que atravesaban la bodega y los camarotes de la tripulación. Si alguien desease escapar, debería luchar abriéndose paso por el corredor angosto, hasta llegar a la bodega, en donde debería no solo cubrirse las espaldas sino también enfrentarse a la defensa que la tripulación montaría en la escotilla superior de la bodega por donde la carga de pertrechos y provisiones se realizaba.
En caso de que la lucha llegase a ese punto, todos sabían que debían montar los trabucos sobre la brazola de la escotilla, y eliminar con el fuego letal de los perdigones y guijarros todo lo que tuviese el menor vestigio de vida allí abajo. Incluso si el peligro persistía más allá de la bodega, aún quedaban los camarotes de la tripulación, que sería el último bastión de defensa que separaría los prisioneros amotinados del polvorín, donde encontrarían las armas para lograr poner fin al asalto, y tomar la nave.
En fin, para sus adentros Greg pensó satisfecho que sería una larga y difícil lucha para los que intentasen la proeza, desde las profundidades de la proa hasta el polvorín en lo más profundo debajo del alcázar. Al llegar a calabozo finalmente, Nock removió el robusto bloque de cedro que hacía de pasador, coloco la llave en la cerradura y abrió la pesada puerta.
En su interior no se logró vislumbrar nada, algunos murmullos y movimientos se percibían, pero no fue hasta que Nock dio un paso adelante con su farolillo, que Greg noto con claridad las figuras humanas en su interior. Eran efectivamente doce personas, atiborradas en esa habitación sin ventanas ni letrinas, de no más de dos brazas de largo y casi tres de ancho.
Pero lo que llamó la atención de Greg fue que algo en entre las figuras humanas no estaba acorde a sus expectativas. —Nock, permíteme el farol. — Solicitó con voz firme.