Fragmento N°50

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Favre incursionó en la habitación, Greg estaba de pie, dándole la espalda, observando el mar por la pequeña ventana. —Adelante, siéntate.— indicó Greg mientras mantenía la vista en el horizonte.

Favre dio algunos pasos y sé sentó sobre una de las literas, esperando a que Greg pronunciara algo.

Greg giró y se acercó a su contramaestre, posó una mano sobre su hombro y dijo: —Gracias.—

Favre intentó pronunciarse pero Greg lo interrumpió: —Realmente gracias compañero, ha sido difícil para mí, y tú has asumido el mando durante estos días de ausencia.— Sé sentó, frente a él en la litera contigua, y prosiguió:

—Necesito un oficial Favre, alguien en que pueda confiar, tú has sido un fiel amigo de Nock y no hay quien conozca esta nave como tú.— Hizo una pausa y sonriendo dijo: —¿Qué dices?—

Favre inclinó su cabeza y dijo: —Es un honor capitán, si llegase a ser la mitad de líder que fue Nock, habré cumplido mi cometido.—

Greg rió y dijo: —Las modestias no te servirán para guiar a tus hombres.—

Volvió a ponerse de pie y comenzó a recorrer el pequeño habitáculo con sus brazos cruzados. –

Deberás elegir a quien te remplace, creo que Edahi es una buena opción, el dios del viento tiene buena reputación entre los hombres.— afirmó Greg

Favre asintió en silencio.

Gregor continuó, —¿Mantenemos curso a Tortuga verdad?— Favre volvió a afirmar con su cabeza en silencio.

—¿Como se encuentra la tripulación? ¿La ausencia de Nock los ha afectado? — consultó Gregor.

Favre se encogió de hombros y respondió tranquilamente:—Los ha afectado capitán, pero las tareas diarias hacen que los hombre se concentren en su trabajo y sus pensamientos se alejen de aquello que los distrae.—

Greg estaba por consultar algo cuando Favre prosiguió: —Debo admitir que el rol de la Srta Hein ha colaborado en gran medida a hacer de la rutina de la nave, digamos, sea un poco más llevadera.—

Gregor miro extrañado a Favre, y consultó: —¿a qué te refieres con “llevadera”? –

Favre sonrió y dijo: —La mujer tiene sus trucos capitán, sabe manipular las diferencias entre los hombres y su temperamento es afilado como una daga.—

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