Fragmento N°52

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Favre volvió a asentir y preguntó: —¿Qué tiene en mente capitán?— Gregor negó sutilmente, y dijo: —No creo que tengamos muchas opciones. Debemos buscar en Tortuga algún salvoconducto para la Srta Hein, dejarla en la guarnición de la isla no es una opción, pero tal vez algunos viejos contactos puedan garantizar que ella llegue sana y salva a los brazos del mal nacido de su padre.— Favre se mostró preocupado:— Lo que sea capitán, deberá ser rápido, no es aconsejable que nuestra estadía en ese nido de ratas se extienda demasiado.— Greg acotó:

—Sí, no creo que tarde mucho en correrse la voz que El Celta y sus hombres tienen a la hija del perro Hein en su bodega. Hay espías en cada callejón de la ciudad—

Favre completó:— No creo que podamos pasar desapercibidos más de uno o dos dias, ¿cree poder resolver este asunto antes de que coloquen nuestras cabezas en picas sobre la muralla?.— Greg sonrió :— Tengo mis contactos en el bajo mundo de la guarnición. Pero en Tortuga la línea que divide amigos de enemigos suele ser delgada compañero, de apenas unas cuantas monedas de oro de espesor.— Ambos quedaron en silencio durante algunos segundos, el viento que ingresaba por la ventana provocaba un leve silbido cuando se adentraba a mayor velocidad en la habitación.

Greg se levantó de la litera, y dándole una palmada en el muslo a Favre dijo : — Bueno, suficiente, reúne a Edahi y Umbukeli en el alcázar.— Favre se incorporó: —Como usted diga.— Ambos caminaron hacia la salida del pequeño habitáculo, Favre abrió la puerta, salió al pasillo, dió algunos pasos y se percató que Greg había quedado atras.

El galo giró y preguntó: —¿ocurre algo capitán?— Greg levantó su mano e hizo un gesto para que Favre siguiera mientras decía: —Adelántate, quiero tomarme unos segundos, te veo arriba.— Favre prosiguió y se perdió en el pasillo fuera del alcance de la vista de Greg.

Greg volvió a ingresar al cuarto, con una mano tocó la litera de Nock y recorrió el largo de la misma. Sonrió y en voz baja casi imperceptible dijo :—Jamás te olvidaré amigo.— Regresó hacia la puerta, salió y la cerró detrás de sí.

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