Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Greg animó a sus hombres: —!Vamos caballeros! ¡Que el mar se estremezca con cada andanada!— La segunda batería, al mando de Edahi, abrió fuego. Nuevamente la cubierta se estremeció cuando el cañón reculó y fue contenido por los palanquines. Un disparo directo hizo volar el barril en una nube de astillas.
Toda la cuadrilla vitoreó para celebrar el impacto.
La tercera batería al mando de Umbukeli se alistó, el siguiente barril se encontraba escoreando cuando el impacto lo alcanzó, fue un roce en la parte superior que provocó que parte de su lateral se desprendiera.
Greg gritó:—¡Ese no cuenta!¡Pero no te preocupes, es nuestro!— La voz de Gregor se oía difusamente, los ruidos de las baterías que se encontraban recargando y sus hombres generaban un constante bullicio de fondo.
Era el turno de la batería de Greg. Él colocó el punzón sobre el oído del cañón y una humareda emergió abruptamente cuando la bala salió eyectada.
El barril se había llenado parcialmente de agua por la hendidura que había quedado luego del disparo anterior.
Cuando la bala lo alcanzó, el agua dentro del barril contuvo parte del impacto, y el proyectil solo logró perforar uno de sus lados, generando que se partiera en dos mitades desproporcionadas y algunos pequeños fragmentos.
La siguiente era la batería de Elizabeth, ella guiaba a su equipo desde la posición de recarga, Arthur ejercía el rol de cabo pero se mantenía en silencio, solo reaccionaba a las órdenes de Elizabeth.
Elizabeth gritó:—¡Listo, todo suyo Sr Arthur!—
Arthur afirmó:—¡Fuego!— y dejó caer el punzón.
El barril voló en un millar de pedazos cuando la bala le dio de lleno.
Greg se sorprendió, iba a exclamar una broma, pero la voz de Elizabeth se oyó e interrumpió sus pensamientos. —¡Vamos hombres! ¡¿Quieren ser el hazmerreír de esta nave por ser comandados por una mujer?!—
Los 7 marineros exclamaron:—¡¡¡No!!!—
Elizabeth replicó:—¡¿Quieren ser las ratas más lentas de esta carcaza flotante?! —
La cuadrilla exclamó:—¡¡¡No!!!— Elizabeth Hein gritó:—¡¡Entonces recarguen, como si su vida dependiera de ello, pues tal vez un día así sea!!—