Fragmento N°69

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Un trueno cercano interrumpió el sueño de Greg, no fue lo suficiente como para que se despertase, pero entreabrió los ojos y somnoliento trató de reincorporarse.

En el instante en el cual sus pies estaban por descender de la litera y tomar contacto con el suelo, una ola golpeó el barco y su cuerpo salió catapultado hasta estrellarse de lleno con todo su rostro contra la pared contigua. —Maldición.— logró balbucear entre el dolor, la sorpresa y su cuerpo aún adormecido.

Cayó de rodillas al suelo e inmerso en la oscuridad trató de ponerse de pie. Según transcurrían los segundos sus sentidos iban despertándose y se percató que el barco estaba siendo sacudido constantemente por el oleaje.

Como un borracho que sale de una taberna, trastabillo hasta su litera, tomó su camisa y salió al pasillo de la cubierta inferior que conectaba su camarote con los demás habitáculos.

Al salir, escuchó voces y gritos que provenían de la cubierta exterior.

Rápidamente corrió por el angosto pasillo y subió las escalinatas. Un viento helado lo golpeó, y la lluvia incesante lo empapó en pocos segundos.

Se detuvo para recorrer con su vista toda la cubierta. En un extremo, Favre y otros tres hombres daban indicaciones mientras se coordinaban para hacer funcionar la bomba que expulsaba el agua que se introducía en la nave, como cientos de baldes que son arrojados cada segundo sobre la borda.

Corrió hasta llegar a Favre y alzando la voz dijo:— ¡Creo recordar que indiqué que se me llamara en el caso de una emergencia!—

Favre respondió agitado, por el esfuerzo constante de rotar el pistón que hacía funcionar la bomba:— Disculpe capitán…nos golpeó repentinamente… no pudimos.—

Greg miró la cintura de Favre, no tenía el cabo se seguridad sujeto. Le dijo:— Ve y busca los cabos para asegurar a todos, no queremos a nadie practicando nado.— Favre se desprendió del pistón y fue remplazado por Greg. Corrió hasta la base del palo mayor y volvió con cinco cabos. Comenzó a atarlos a la cintura de Gregor y los otros tres marineros mientras estos seguían haciendo funcionar la bomba.

Greg preguntó:—¿Dónde esta Arthur?—

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