Fragmento N°71

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Mientras Greg caía hacía el mar no podía evitar pensar que tenía apenas unos pocos segundos para alcanzar a Arthur.

El cabo de seguridad atado a su cintura era una cuerda de no más de ciento cincuenta pies de largo, calculó rápidamente: desde el palo mayor a la proa había no menos de cincuenta pies, más otro tramo de unos treinta que comprendían la distancia desde la barandilla hasta la superficie del mar, lo cual indicaba que disponía de apenas unos sesenta o tal vez ochenta pies de cuerda para llegar a Arthur. Si el oleaje agitado lo alejaba más, el marinero estaría sentenciado.

Maldijo a la pobre alma que había cortado los cabos con dicha distancia, pero no podía culparlo, el cabo estaba diseñado para que si alguien cayera, quedará en las inmediaciones de la nave flotando y conectado al barco por dicha cuerda. Jamás fue pensado para una operación de rescate.

Colocó sus brazos por delante para amortiguar la caída y sus palmas impactaron el agua por delante de su cuerpo.

La velocidad hizo que se sumergiese unos cuantos pies, abrió los ojos bajo el agua pero todo era oscuro. Súbitamente un rayo destelló e iluminó la superficie, proyectando la sombra fantasmal de El Retiro sobre el mar.

Nadó rápidamente a la superficie, y al salir a flote buscó desesperadamente la silueta de Arthur.

Lo vio, estaba cerca, gritó:—¡¡¡Arthur!!!—

No respondía, Arthur yacía flotando a la deriva boca abajo, inconsciente

Greg comenzó a bracear frenético hacía él, las olas interrumpían su visión y Arthur desaparecía de su vista para volver a emerger delante de él, cada vez más cerca, pero siempre en movimiento alejándose paulatinamente.

Greg comenzó a sentir como la cuerda en su cintura comenzaba a tensarse, indicándole que cada vez se estaba acercando más al límite.

Comenzó a martillar su mente mientras sus brazos le ardían por el esfuerzo:”¡No! ¡No esta vez! ¡No otro!” Sentía que la cuerda había llegado al máximo. De repente, su brazo al bracear sintió el roce con algo, estaba allí.

Hizo su último esfuerzo, estiró su brazo derecho y al sentir el contacto con la muñeca de Arthur, cerró su palma sobre ella con todas sus fuerzas.

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