Fragmento N°82

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El guardia se acercó al hombre que iba a la cabeza de la caravana de esclavos, luego de intercambiar algunas palabras avanzaron lentamente atravesando el umbral de la puerta, ingresando a la ciudad.

El guardia se aproximó a Greg, frenó frente a él y levemente inclinó su cabeza hacia el costado para tener perspectiva de cuantos hombres iban detrás de Gregor. Luego volvió a posar su vista en Greg, puso su mano sobre la empuñadura del sable que reposaba sobre su cintura y dijo: —¿Qué los trae por aquí?—

Greg habló haciendo una leve reverencia con su cabeza :—Somos mercaderes amable señor, hemos estado varios meses en el mar, buscamos aprovisionarnos y usted sabe…, algo de diversión luego de tanta soledad. Por lo cual, agradeceríamos que nos recomendara donde podemos encontrar un lugar donde beber algo, apostar, y encontrar la compañía de una bella mujer.—

El guardia observó a Greg de pies a cabeza, recorriendo su cuerpo pausadamente con su mirada. Dijo:— Para ser mercaderes, notó que van algo armados.—

Greg sonrió:— Cualquier persona en su sano juicio y que valore su propia vida, debe ir armado si navega por estas aguas o quisiera entrar a esta ciudad.—

El guardia hizo una mueca e inclinó sus hombros, hizo un paso al costado para dejarlos avanzar y dijo:— Si fuese usted, tendría cuidado con las bellas mujeres de esta ciudad.— Greg le guiñó un ojo al guardia y avanzó.

Al pasar por debajo del umbral logró percatarse del tamaño de las murallas, y la robustez de la puerta de acero que en ese momento se encontraba izada sobre el túnel que atravesaba el muro para dar acceso a la ciudad.

Una vez que atravesaron el umbral ingresaron a una explanada habitada por decenas de puestos comerciales y coronada con una gran escultura de un militar en el centro, ya deteriorada por el paso del tiempo.

Un bullicio invadió el ambiente, y ya nada lograba oírse con claridad a más de dos o tres pasos sin alzar la voz.

Greg volteó y dijo:— Ya saben que hacer, en tres horas nos encontramos aquí.— Greg se separó del grupo junto con Edahi, y ambos se dirigieron al este, hacía la parte baja de la ciudad.

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