Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Greg observó al sujeto, para ser mesero era extremadamente grande, desproporcionado con respecto a cualquier hombre de La Barracuda. Gregor lo miró fijo a los ojos, eran claros y pequeños, eclipsados por su cabello espeso y rojizo que se expandía sobre su cabeza.
Al notar algo particular en su acento, Gregor consultó distraído:—Disculpe buen hombre, no he oído bien.—
Roger, en su rol de mesero, insistió con una sonrisa: —¿Qué puedo servirles caballeros?—
Greg respondió amablemente:— Dos medidas de su mejor ron, con eso bastará por ahora.—
El gigante rojizo giró y regresó a la mesada principal donde se dispuso a preparar las bebidas, Greg no le quitó la vista un instante mientras el sujeto extraía una botella rústica de una alacena y vertía una medida de ron en uno de los dos pequeños vasos que había dispuesto sobre una desgastada bandeja.
Edahi habló en voz baja:—Capitán, creo que fue muy arriesgado simular ser un marinero ebrio víctima del “despiadado” Celta.—
Greg seguía con su mirada fija en el mesero, observando sus movimientos.
Edahi prosiguió:—Cualquiera de esos sujetos podría haber oído una descripción sobre usted, o haberlo visto en alguna ocasión, incluso sin que usted mismo lo sup…—
Greg lo interrumpió:— ¿Cuántos meseros conoces, que tengan la contextura de gladiador romano?—
Edahi lo miró sorprendido: — Disculpe capitán, no comprendo. —
Greg respondió sin dirigirle la mirada a Edahi, sus ojos seguían posados en el mesero:— Ese sujeto, algo me resulta extraño en él.—
Hizo una pausa, y continuo: —Mira en la forma que sirve las bebidas, pausado, preciso, …conozco palacios donde un mayordomo con diez años de experiencia parecería un novato en comparación con ese sujeto.—
Edahi observaba, ahora con más foco, al fornido hombre. Repentinamente el gigante rojizo se dirigió a la puerta detrás de la mesada y se perdió al atravesarla, Greg estaba por hablar cuando emergió nuevamente y tomó la bandeja con ambas bebidas.
Cuando Greg se percató que el mesero levantaba su vista para observarlos, giró rápidamente su mirada para observar a Edahi y en voz baja dijo:—Algo aquí no está bien.—