Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Al acercarse a la mesa dónde se encontraban los extraños, Roger pudo distinguir los rasgos que Piet Hein le había indicado respecto al tal “Celta”.
Tal cual su capitán le había dicho, era de estatura promedio, joven, de contextura regular, pero su camisa dejaba entrever un cuerpo atlético y tonificado. Cuando Roger se acercó, consultó : —¿Qué les sirvo?—.
El sujeto respondió:—Disculpe buen hombre, no he oído bien.—
Roger logro identificar su acento norteño, escocés o tal vez galés, lo cual lo convenció de que el individuo era quién estaban buscando.
Roger insistió:—¿Qué puedo servirles caballeros?—. Mientras aguardaba la respuesta, rápidamente con sus ojos recorrió la cintura de ambos. Los dos iban armados, “El Celta” llevaba un alfanje de fina empuñadura y una pistola con su mecha apagada cruzada sobre el cinturón en el lateral opuesto al cual se encontraba el alfanje. El otro sujeto, llevaba una espada recortada, similar a una daga, que se encontraba en una funda rústica sobre su cadera, eso fue todo lo que Roger logró ver ya que debió concentrase nuevamente en Greg cuando este respondió:—Dos medidas de su mejor ron, con eso bastará por ahora.—
Roger regresó a la mesada principal, mientras caminaba, recorrió con su vista el resto de la taberna, y se convenció de que ambos hombres estaban solos, si alguno de los demás marineros ebrios era tripulante de El Celta, lo estaban disimulando notoriamente bien.
Al llegar a la mesada, comenzó a servir las bebidas, siguiendo el plan, hizo un pequeño gesto como si hubiese olvidado algo, y giró para internarse en la cocina detrás del mostrador. Al abrir la puerta se topó inmediatamente con el capitán Hein.
El holandés se encontraba de pie, había tomado el afilador del cocinero y se encontraba puliendo la hoja de su sable. Cuando Roger ingresó, levantó sutilmente su vista y secamente dijo: —¿Es él?—
Roger asintió sin decir una palabra. Hein arrojó la piedra de afilar sobre la mesa, enfundó su sable, y mientras encendía la mecha corta de su pistola, sin mirar a Roger dijo: —Bien…, cuando tomen sus bebidas será la señal, espero disfruten su ron.—