Fragmento N°91

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Por un instante se encontraron suspendidos en el aire mientras atravesaban la ventana echa añicos. Al oír los disparos detrás de si, un frío helado atravesó a Greg hasta calar sus huesos.

Con un golpe seco, él y Edahi cayeron sobre la calle pedregosa que daba a La Barracuda. En cuanto tocaron el polvoriento suelo, Greg se percató de que estaba ileso. Miró a Edahi, contempló su cuerpo, y vio que el nativo había aterrizado a su lado, se encontraba en cuclillas y unas pequeñas gotas de sangre caían desde su brazo hasta formar un minúsculo charco junto a sus pies.

Edahi se incorporó y dijo: —No se preocupe capitán, es solo un rasguño.—

Greg se acercó a él, tomó su brazo y lo inspeccionó, era a la altura del hombro, su camisa se había teñido de rojo, y algunos hilos de sangre comenzaban a manchar el resto de la manga. Con un movimiento rápido Greg rasgó la camisa para ver la herida, era un corte limpio, un proyectil había rozado el hombro del dios del viento.

Gregor no pudo examinarla ya que sobre la ventana se escucharon movimientos y uno de los marineros asomó su cabeza, pronunció algo en una lengua que Edahi no comprendió y volvió a introducirse en la taberna.

Edahi dijo: —No sé qué dijo ese, pero salgamos de aquí.—

Greg asintió, comenzaron a correr calle arriba por donde habían descendido minutos antes. A los pocos segundos, Greg dijo: —Son holandeses.—

En plena carrera, Edahi respondió: —¿Cómo lo sabe capitán?— Greg agitado, mientras giraban en una esquina, respondió: —El que se asomó por la ventana, habló en holandés a sus compañeros. —

Siguieron corriendo, a lo lejos se oía la muchedumbre y actividad del mercado.

Súbitamente Greg frenó, no parecía exhausto pero su rostro estaba petrificado.

Edahi insistió: —Debemos continuar, encontrar a Favre y volver a la nave.—

Greg dijo:—Se que buscan, y se quien los dirige.—

Edahi consultó:—¿Quién es?¿Cómo lo sabes?.—

Greg respondió: —Él que se asomó por la ventana, …que hablaba holandés, él dijo:”Se encuentran en la calle capitán Hein”—

Edahi se quedó helado.

Greg completó:—Es él, es el perro Hein, y viene por su hija… viene por Elizabeth.—

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