Fragmento N°94

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El disparo de Favre falló, la pesada bala pasó rozando pocas pulgadas por encima del hombro del sujeto, e impactó sobre la fachada de una casa detrás de él.

Al dar de lleno contra la pared, algunos escombros se desprendieron y dos robustos ladrillos de barro cayeron al suelo estallando en mil pedazos.

Si bien no dio en el blanco, el tirador abandonó su posición y se puso a cubierto, lo cual brindó valiosos segundos a Favre.

Favre gritó: —¡Debemos salir de la ciudad!—

Edahi asintió en silencio.

Greg salió del trance y dijo: — Ese disparo alertará a la guarnición, podemos perdernos en el mercado, y escabullirnos por la puerta principal. –

Greg fue interrumpido por el ruido seco de un mosquete cercano que lo hizo agacharse, y el proyectil pasó zumbando por encima de ellos para incrustarse en la persiana de madera de la casa contigua, desprendiéndose algunas astillas.

Sin decir otra palabra los tres comenzaron a correr calle arriba en dirección al mercado, detrás de ellos ahora los seguían tres marineros uniformados, pero se habían incorporado dos perseguidores más.

Al girar en la última esquina antes del mercado, Greg miró sobre su hombro y logró ver a los dos individuos que lideraban el grupo. Por un lado, distinguió al mesero de La Barracuda, el gigante avanzaba a paso firme. Al frente, Gregor reconoció la figura del quinto hombre, Piet Hein se movía con agilidad a pesar de su edad.

Antes de doblar en la esquina, Greg notó que el holandés llevaba un sable curvo en su mano y el brillo de su acero petrificó su alma.

Al final de la calle se encontraba el comienzo del mercado y una muchedumbre podría vislumbrarse, Favre habló:—Separémonos, jamás cruzaremos la puerta los tres juntos.—

Greg sabía que luego de la balacera, en pocos minutos se filtraría la información de un grupo de fugitivos, y la descripción rudimentaria de sus vestimentas. No podían cambiar de ropa, pero sí podían separarse y rogar que no los reconocieran.

Al acercarse al mercado, los tres disminuyeron la marcha, se separaron, y comenzaron a caminar entre la muchedumbre, aproximándose a la entrada desde diferentes ángulos.

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