Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Greg se desvió hacia la izquierda, tomó un camino que transitaba por entre puestos de mercaderes y vendedores ambulantes, y comenzó a recorrer ese extremo de la explanada levantando ocasionalmente la mirada para no perder de vista a Edahi y Favre.
Disminuyó la velocidad al advertir que llevaba un ritmo acelerado, y se percató que estaba sudando copiosamente al sentir su camisa empapada. Volvió a levantar su vista y logró divisar a Edahi, recorriendo el centro de la plaza de armas.
Notó a su amigo nervioso, y a pesar de estar a varios pies de distancia, logró observar con detalle como la sangre de su brazo había teñido toda la manga de su camisa. Aún más lejos, en el extremo opuesto de la explanada, distinguió la figura de Favre. El galo había avanzado rápidamente y comenzaba a doblar para dirigirse hacia la puerta principal de la muralla.
Gregor percibió como el clima del mercado cambiaba rápidamente, miró hacia arriba y tragó su propia saliva al notar que los guardias que se encontraban sobre la muralla ya no deambulaban más sobre las almenas, ahora se encontraba de pie observando hacia la muchedumbre como si intentasen encontrar algo o alguien entre la gente.
Detrás de él, Greg oyó ruidos y giró para ver un grupo de guardias compuesto por seis hombres, pudo notar como los sujetos intercambiaban unas breves palabras y luego se separaron para peinar la plaza. Estaban detrás de ellos, tenían pocos segundos antes de que el circulo se cerrara.
Al llegar al extremo, Gregor giró y comenzó a recorrer la distancia final hasta la puerta de ingreso a la ciudadela, a unos cien pies vio como Favre cruzaba la puerta entre la muchedumbre y se perdía en dirección hacia el exterior de la fortaleza.
Aidan Gregor buscó a Edahi con su mirada, el nativo estaba cerca, llegando al extremo de la plaza que justo se encontraba debajo de la entrada.
Greg decidió esperarlo, pero en ese instante escuchó un silbido que apuñaló su alma, levantó su mirada y vio como uno de los guardias sobre la almena principal señalaba al nativo con su brazo izquierdo desde lo alto de la muralla.