Lee la historia completa desde el Fragmento N°1
Un viejo proverbio dice que una mirada vale más que mil palabras. Greg pudo ver en los ojos de Edahi más de lo que mil palabras podrían contener, desesperó al ver el miedo en los ojos de su amigo.
Gregor se encontraba bajo la puerta, debajo del umbral que se genera al conectar con el exterior. A pocos pasos, un poco antes de ingresar al umbral, frente a la puerta, se encontraba Edahi de pie, inmóvil.
Al oír el silbido del guardia que se encontraba montado sobre la almena, los miembros de la guarnición se apresuraron a formar un círculo alrededor del nativo para apresarlo.
Los mismos vigías que los habían interpelado cuando ellos ingresaron a la ciudadela, giraron al oír el silbido, abandonaron sus puestos y se dirigieron al interior para cercar al nativo. En su camino rozaron a Greg, sin percatarse de su presencia.
En unos segundos, ocho hombres armados formaban un cerco alrededor de Edahi, y entre los guardias Greg seguía viendo la mirada de su amigo. Como si el destino quisiese que nada se interpusiera entre las miradas de ambos.
Edahi dijo:—El Retiro aguarda, no deberíamos hacerlo esperar.—
Greg comprendió el juego de palabras, indicándole que lo abandonara y se dirigiese a la nave.
Un dolor agudo surgió en su pecho y una rabia profunda se apoderó de él.
Sujetó la empuñadura de su espada, dio un paso hacia adelante y su garganta tomo aire para gritar de ira, justo cuando una mano surgió por detrás, tomando su cuello y tapando su boca por completo. Otra mano emergió desde su espalda y tomó la empuñadura de su espada.
En su nuca oyó a Favre, como un susurro al oído: —Ya es tarde capitán, no podemos hacer nada por él.—
Intento desprenderse del galo, pero este lo mantenía firme y arrastraba hacia el exterior.
Lo ultimo que Greg vio fueron los ojos del nativo, su mirada, y como la desidia y el temor se iban apoderando de ella.
Justo antes de que dieran la orden de cerrar la puerta, Greg vio como Edahi esbozaba una sonrisa para luego cerrar los ojos.
El pesado enrejado hizo un ruido seco al tocar el suelo, la puerta se cerró, y el fantasma de Nock visito la mente de Gregor una vez más.