Nacido en Plymouth, Gregor Edward es el padre de Gregor Aidan.
Hijo de comerciantes, creció y vivió gran parte de su infancia en el seno de una familia de pocos recursos, inmerso en el ritmo de vida de una una ciudad portuaria.
Desde pequeño, perdió interés rápidamente por el oficio de sus padres, aventurándose a los amarraderos para escuchar historias de los marineros que llegaban a tierra luego de meses atravesando el océano.

Cuando sus padres fallecieron por la peste que azotó el sur de Inglaterra a mediados del siglo XVI, el joven Edward, sin ningún tipo de sustento o familiar al cual recurrir, buscó refugio en unas de las tantas tripulaciones amarradas en Plymouth.
En pocos años, sus aventuras lo llevaron a lo largo de las principales rutas marítimas, más allá del Cabo de Buena Esperanza, adentrándose en el lejano Oriente y el cuerno de África.
Practicando el comercio de especias y el contrabando de artículos entre las colonias de las Indias, logra conocer a Umbukeli, luego de que este escapara de un barco esclavista portugués.
Las recurrentes guerras entre Inglaterra y Francia, provocarían que años más tarde que deba regresar a prestar servicio para la Marina Real.
Es allí, donde por capricho del destino, su vida se entrelaza con la de Favre Antoine y Leblanc Fausto, y ambos se incorporan a la tripulación de El Retiro.
Finalmente, en busca de nuevos horizontes y oportunidades, junto a todos los tripulantes deciden probar suerte en el mar Caribe, aprovechando el caos y la desorganización generada por los nuevos territorios constamente descubiertos por las colonias en expiación.
Es aquí donde Edahi, se topa con Edward y los demás miembros de El Retiro, sumándose finalmente como tripulante luego de diferentes percances.
Su muerte fue una gran perdida para todos los miembros de la tripulación, a tal punto que ni siquiera los miembros con mas experiencia como Favre se animan a recordar dichos acontecimientos.
Como y cuando conociste a la madre de Aidan ???
“Fue una situación difícil, nos conocimos fugazmente y por fortuna del destino, todo fue muy rápido pero jamás me sentí tan enamorado. Luego la tragedia nos alcanzó cuando Aidan tenía apenas un año.”