Proveniente de algún lugar recóndito dentro de las profundidades del África ecuatorial, desde muy pequeño fue arrebatado desde el seno de su aldea. Esclavo desde una edad temprana, fue raptado por una expedición portuguesa que incursionó en la región donde su tribu habitaba.

Él y varios miembros de su comunidad fueron tomados como mercancías destinadas al trafico de esclavos entre las colonias imperialistas.
Cruzó el atlántico abordo de un barco negrero para ser vendido como mano de obra en las plantaciones del caribe.
A pesar del sufrimiento vivido, y de las numerosas cicatrices en su cuerpo que son testigos de su padecimiento, Mnyma posee un carisma y curiosidad considerables, lo cual le hace empatizar de manera rápida con sus pares.
Mnyma, quiere decir “niño” en Zulú, y fue el nombre que sus captores le otorgaron antes de entregarlo al mercado en el cual fue adquirido por su primeros dueños.
Sus captores se establecieron en la isla de Tortuga, para poder comerciar con el contrabando de mercancías.