Fragmento N°181

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impensado que reaccionara al sonido. No conseguía desprender las robustas manos del holandés que se encontraban estrujando su cuello. Su cuerpo se retorció involuntariamente ante la asfixia, buscando liberarse del peso de Roger que se encontraba encima. Repentinamente sintió como la presión sobre su garganta se relajaba, un espacio en su traquea se abrió, dejando entrar un suspiro de aire que inhaló como dulce néctar. ⠀

Instintivamente Greg llevó sus manos al cuello y trató de deshacerse del agarre, para su sorpresa notó que pudo retirar los dedos de su enemigo sin dificultad. En cuanto quitó ambas manos de su garganta, el cuerpo del holandés se desplomó sobre él. La cabeza de Roger colisionó contra la suya, mientras una sustancia acuosa invadía su boca que se encontraba abierta tratando de recuperar el aliento.

Trató de quitarse a su rival de encima, y en el momento que giró para salir de su posición vulnerable, se percató de que el cuerpo de Roger era un peso inerte sobre él. Al recuperar el aliento, Greg comprendió que la sangre en su rostro y boca no era suya, sino del holandés.

El cadáver de Roger quedó boca abajo sobre la grava cuando Gregor logró hacerse a un lado, gateando exhausto hasta alejarse algunos pies. Al dirigir la vista hacia el cuerpo, vio un orificio de tamaño de una nuez en la nuca del gigante, y de este emanaba un caudal sanguíneo que había cubierto parte de su pecho y rostro. Buscó la seguridad de su espada y se deslizó a rastras hacia donde se encontraba su arma, arrojada en el suelo durante la lucha cuerpo a cuerpo.

Tomó la empuñadura y percibió que no se encontraba solo, un movimiento leve a su izquierda lo colocó en alerta, alzó su mano debilitada y apuntó el filo de su arma hacia el origen. Al enfocar su vista, logró divisar a Mnyma.

El pequeño estaba sentado, junto al cadáver de Hicks, su rostro estaba sereno pero cubierto de lágrimas, su mirada perdida en el vacío. Y en su mano, un hilo delgado de humo emanaba de la pistola que el mismo le había obsequiado.

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